viernes, 3 de septiembre de 2010

Más Alicias: Pat Andrea en Barcelona

          Cada vez que un madrileño sensato va a Barcelona, tiene la sensación de ser lo que somos los madrileños: paletos. No por nada, solo por la sensación de que todo en Barna es más grande, con mejor diseño y -contra el criterio de Anguita- con una burguesía más inteligente.
          Al final de las Ramblas,  según bajas a la derecha hay un espai -espacio en cursi español- que deja pálido al mi adorado espacio tabacalero de Embajadores. Es gigantesco, más cuidado y más grande que el madrileño. Pero casi tiene ese toque ligeramente chic que tiene hasta lo museizado en Cataluña. Por detrás de la cursilería propia del arte actual, creo que la cosa esta de Santa Mónica al final de las Ramblas mantienen un poquito el olor a edificio semiabandonado que mola.
           Pues a ello; hay un tipo que se llama Pat Andrea que es de ´s-Gravehage lo que viene a ser el castizo La Haya y que tiene una larga (y para mi ignota) carrera como artista. Véase aquí, por ejemplo.Hay quien lo ha relacionado con Balthus el hermano de Klossosky. Y es así. Es simplemente un hábil artesano (en este caso, ilustrador) como los dos anteriores, con ínfulas de epatador.
          No es malo de suyo. La gente tiene que ganerse la vida y Pat Andrea tiene -si no lo he entendido mal- un nivel alto como ilustrador competente. Y es eso, un ilustador. Mirad aquí este vídeo en el que cuenta cómo y qué (y hasta el porqué). 48 cuadros (y un mural de Alicia-serpiente subiendo las escaleras). Id a verlo. Es escaso, no añade nada nuevo, pero es esa cosa tan rara en el arte de ahora que es modestia. Ya se que no dice eso explicitamente habla de esas horteradas de "mi enterpretación" pero también eso de "está en el texto". Y hay está la gracia. En el texto, solo lee y no desentona de Carroll. Ilustra.
         Una de las cosas chocantes es que está acompañada la exposición de fragmentos de texto de Alicia en inglés -claro- en español, catalán y francés -menos claro-. No dejé de pensar pedantemente que eso era una chorrada: las Alicias de Carroll son marcadamente idiomáticas, los juegos de palabras, las referencias locales, el nonsense como género victoriano y británico... Hasta que me di cuenta de que no soy inglés, ni siquiera británico, ni victoriano. Leí las Alicias en español. Y no creo que Pat Andrea leyera las Alicias en inglés, como yo. Parte de esa humildad textual es lo que hace de estas Alicias algo más decentes que las cursiladas de Tim Burton o Disney.
          Aunque en esa humildad está el riesgo que tenemos todos los lectores de Carroll: el acceso a la segunda sala de la exposición (a través del espejo, obviamente) está hecho de esas tiras de plástico de esas que dan paso a los almacenes frigoríficos, pero plateados a modo de un espejo. Seamos humildes, las lecturas de Alicia -la mía, por ejemplo- puede ser tan obvia o a veces repipi como la de Pat Andrea. Mi semejante.

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